LINEAS
DE INVESTIGACIÓN PEDAGÓGICA
Pedro
Ronal Saldarriaga López[1]
“Junto
al polo profético está polo político
del
enseñante, que no es otra cosa que
reconocer
que su actividad está también
orientada
a la formación social
a
la superación de toda estructura injusta”
XOSÉ MANUEL DOMINGUEZ PRIETO[2]
Durante mucho tiempo y durante muchos
gobiernos desde la fundación de la república, se ha buscado la mejor manera de
educar las generaciones de ciudadanos; pasando por propuestas diversas: desde
la influencia del positivismo (inicios
del siglo XX), la reforma educativa de los años 70, el bachillerato, etc. Por
mencionar algunas de las tantas “reformas” que ha sufrido la educación peruana
y que a nuestro entender seguirá sufriendo. Además de ello el Estado ha
invertido y lo sigue haciendo ingentes cantidades de recursos en capacitaciones
que poco o nada sirven al profesor del aula, llegando como siempre al fracaso y
al aumento de la corrupción.
Sin embargo creemos que la solución no es en
aumentar el número de capacitaciones por el contrario es reducirlas o tal vez
eliminarlas pero si mejorar las condiciones económicas del profesor con ello
mejorar la selección de los futuros
profesores y elevar el nivel de exigencia en su formación. Y justamente en su
formación tenemos que detenernos y preguntarnos bajo que paradigma debemos
formar a los docentes encargados del futuro del país, bajo que filosofía
debemos orientar nuestra educación. Este paradigma debe incluir, a decir de Lusmidia Alvarado: “...los
juicios, los valores y los intereses de la sociedad, así como su compromiso
para la transformación desde su interior…”[3]Un
paradigma que nos permita “mirar” desde adentro la problemática real del alumno
y del docente y que esta dicotomía busque
la solución a los múltiples problemas de su entorno, de su realidad. Pues como
afirma Habermas: “La emancipación es
un interés primario que impulsa al ser humano a liberarse de las condiciones
opresoras tanto de la naturaleza externa como de los factores internos de
carácter intersubjetivo e intrasubjetivo (temores, aspiraciones, creencias,
entre otros) aunque encuentre obstáculos para lograrlo”[4].
Dicha emancipación tiene que ser desde adentro, es decir emergente, propia de
la comunidad y sus agentes.
Por
lo tanto el paradigma en el cual debe enmarcarse la educación, la formación del
docente y de nuestros alumnos debe ser un paradigma emergente producto de la
cotidianidad es decir el paradigma sociocritico que aquel que comprende e
interpreta pero además busca la transformación de su realidad.
[1] Licenciado
en educación especialidad Ciencias Sociales, Maestría en pedagogía
universitaria. Estudios de doctorado en educación. Profesor de metodología e
investigación del ISPP “Indoamérica”, profesor de metodología de la
investigación upao-procaed, profesor filosofía y lógica grupo educativo “Max
Planck”
[3] Lusmidia
Alvarado y Margarita García. “Características más relevantes del paradigma
sociocritico”. Revista universitaria de investigación. 2008. Pág.16
[4] Habermas, J. (1994). La
teoría de la acción comunicativa, complementos y estudios previos. Madrid:
Cátedra.
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